13 de enero de 2018

Hoy hace diez años

Últimamente tengo la sensación que las cosas van encajando como pequeñas piezas de un puzzle, tanto a nivel laboral como personal.



En la línea del post anterior hoy hace 14 años que escribí la semana pasada en el que contaba el recuerdo de mi primera cita con SuperEx, hoy hace (bueno, no exactamente hoy pero no quería quitarle efectismo al título del post, además que no recuerdo la fecha exacta) 10 años que no besaba a SuperEx ni tenía ningún contacto físico con ella.

Tranquilas, que han sido dos besos de saludarse.

Recuerdo perfectamente también la última vez que la vi una vez ya habíamos repartido todas las cosas (juré y perjuré que nunca más tendría nada compartido, y de momento así ha sido) y no había más que hablar. Sabía que en ese momento se rompía definitivamente el vínculo afectivo y le robé el último beso en la boca en el andén del metro. 2008.

Curiosamente la misma parada donde se
empezó a torcer la cosa con EsaChica

Desde entonces nos hemos visto periódicamente porque hubo una cosa compartida a la que no quise renunciar, bueno cosa, un ser vivo con su pelo y su amor infinito hacia nosotras. Los inicios fueron difíciles, que coño difíciles, una puta mierda, complicadísimos para mi, y entramos en una especie rabia mutua que nunca más en la vida quiero volver a pasar. Enterrados quedaron esos posts oscuros con nosolobollo 1.0.

Total, que la comunciación se basaba en definir hora, fecha, lugar, hacer el intercambio y no hablar absolutamente nada de nosotras, sólo de cosas que implicaran a la perra. Ni dos besos, ni nada. Una pequeña Edad de Hielo. Durante años no supe nada de su vida, sólo pequeños detalles que la gente me contaba sin yo preguntar (¿por qué hace eso la gente?), o sea, como en la canción miro la vida pasar, sin venir a cuento alguien te vuelve a nombrar.

Con los años poco a poco había un poco más de acercamiento, un día hasta nos quedamos hablando un buen rato en el que me contó detalles de su vida (y yo de la mía) estrictamente necesarios para continuar con la complicada gestión de la custodia compartida (nota al margen: si os separáis, os desaconsejo fervientemente la custodia compartida de mascotas).

Hoy no sé porqué, ha sido distinto. Al vernos me me ha dado dos besos y hemos estado charlando un rato. De camino se ha encontrado a su presunta pareja (una mujer que ya había visto yo otras veces pero no sé que especie de relación las une) y me la ha presentado formalmente. Dos besos. Hablan entre ellas de si comen ahora o más tarde y SuperEX me dice, ¿quieres venir a comer?

Vale. ¿Por qué no?


La verdad es que no he pensado nada, ha sido automático. Estaba a gusto hablando con ella y quería seguir haciéndolo. No ha sido para nada incómodo y nos hemos puesto al día de amistades comunes que quedaron atrás, de anécdotas pasadas, de nuestro presente... hubiera alargado el momento. Por la noche la he vuelto a ver, nos hemos vuelto a despedir con dos besos y medio abrazo y me ha hecho un pequeño regalo.

No sé, me siento muy bien. Siento paz conmigo misma y con ella. Después de tanto dolor, después de tanta ira, tantas lágrimas, tanto estar perdida, después de tanto dolor, tanto dolor, tanto dolor, tanto dolor.
No creo que vaya a cambiar nada, no volveremos a ser amigas, no nos vamos a ver más allá de la perra (siempre he pensado que el vínculo desaparecerá cuando se muera) pero creo que hoy se ha difuminado una cicatriz bastante muy importante.

Bueno, la más importante.


15 comentarios:

Blau dijo...

Me gustó mucho este post. Fuera todo el lastre de nuestras vidas.
Un beso

dintel dijo...

Pues yo sí que creo que puede haber amistad. La hubo y el desamor la nubló. Me ha gustad leer este post, me ha hecho sentir calma.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que te leo, aunque nunca comento. La verdad es que me da cierto reparo. Pero últimamente publicas amenudo, lo cual me alegra porque me gusta leerte. Y parece que vas cerrando heridas y colocando las piezas en su lugar, algo muy sano y que me alegra también, pues aunque no te conozco te tengo aprecio.
Rql.
P.D. Tal vez la próxima vez que me sobre una entrada para el teatro puedas aceptar.

calcetinrayado dijo...

Los duelos siempre tienen final y este post es una muestra de ello. Cerrando heridas, me gusta :)

hiro dijo...

Intento imaginar lo duro y doloroso que debe ser cortar con alguien y tener que verla asiduamente por tema de custodias compartidas y... uff!!

Pero me alegra saber que has podido cerrar esa etapa dolorosa de tu pasado y que esa cicatriz se vaya difuminando.

Petons!

Nosu dijo...

Joder... pero espero que no todos sean tan largos como éste!

Nosu dijo...

Es lo puto peor, por eso no voy a tener nada compartido nunca más. siempre me repito que suerte que no tuvimos hijos

Nosu dijo...

Soltar lastre, no lo hubiera expresado mejor....

Nosu dijo...

Yo también sentí mucha calma escribiéndolo. Quizá en este caso concreto no puede haber amistad por la distancia, ero bueno, que lo de la amistad lo he intentado alguna vez y al final se nubla tanto que no vuelve el sol

Nosu dijo...

Gracias por comentar! Los periodos de escritura son bastante variables jeje

Juli Gan dijo...

Me alegro de que, después de retomar una relación, tan estrecha en el pasado, te sientas bien. Mira que no es fácil. Enhorabuena.

Nosu dijo...

gracias Juli. Después de una década ya tocaba, creo yo...

calcetinrayado dijo...

No tiene nada que ver, cada duelo es diferente. Pero lo más probable, después de este, ya ninguno sea tan largo.

dEsoRdeN dijo...

Las heridas sangran, escuecen, duelen, cicatrizan... y se acaban cayendo solas con el tiempo. Algunas dejan más marca que otras, pero la naturaleza sigue su curso para renovar pieles y duricias

Nosu dijo...

lo importante es no arrancarse la costra!