¡A tope!

Despertarme y que ya sea de día, es un lujo. Salir del curro y que aún sea de día, también. A ver si ahora que va cambiando el tiempo, me cambia también el ánimo, que llevo una tontería encima...

Los análisis salieron bien, así que estoy tranquila por ese lado. Ya pensaba que tenía una enfermedad mortal o algo pero no. Aun así, sigo resfriándome. Ya me he hecho con suplementos vitamínicos y demás mierdas químicas a ver si levanto cabeza. De momento continúo totalmente afónica y ahogada por los mocos.

Las puertas ya están casi terminadas y he decidido dejar la bici en la calle, que estoy harta de tener que esquivarla cada vez que entro a casa. Si la roban, que la roben. Gano en calidad de vida.

Como véis no tengo nada interesante que contar. Y es que esta semana me la he tomado de relajo por mi propia salud mental. Que después de tanto culebrón (ay cuando releo posts anteriores) en mi vida que me pasen cosas normales no está mal. Y algunas que no lo son tanto no se pueden contar por aquí. Así que... ¡a cascarla!



Voy a pintarme la esvástica en la frente con eyeliner y saldré a la calle a apalear al primero que me hable en español. Es la realidad que se vive en Catalunya, ¿no lo sabíais? Hay que joderse