Tú en tu cuerpo, yo en el mío

Si hubiera podido postear ayer hubiera sido muy diferente. De hecho, ahí se ha quedado, en una libreta, obsoleto.
Y es que tener estos cambios de ánimo a veces es difícil de llevar, pero hay que agarrarse a los buenos momentos como una garrapata.

He tenido una semana bastante tonta, apática, y con el temido efecto cascarón en el cuerpo: querer llegar a casa para no salir y hacer mis cosas, angustia por agobiarme fuera de casa y no poder volver, con pocas ganas de socializar aunque en realidad con necesidad de ello. Con ganas de verla y sintiéndome coja si no está. Desaprendiendo a hacer cosas sola, con lo que me había costado aprenderlo. No, no y no.

Por razones que no vienen al caso, acabo de llegar de un viaje fugaz de menos de 24 horas, 7 de las cuales de trayecto ida/vuelta. Estuve toda la semana dudando de si quedarme más tiempo hoy sábado, y aprovechar para turistear, o volverme antes de comer, ya que allí sólo disponía de la compañía de dos chicos que era la tercera vez que veía, pero que han confirmado la buena gente que son y lo gili que he sido yo por no quedarme más tiempo, ya que hoy me he levantado con ánimo completamente opuesto, a pesar de haber dormido 5h. Es la primera vez que no muevo un dedo mientras dos hombres hacen la cama para mí, me preparan el desayuno y me dan una vuelta, ay, qué gusto :)

Total, que debido al efecto cascarón me he vuelto antes de comer, pero ahora tengo toooda la tarde por delante para empezar a hacer cosas e ir a visitar a mis sobris, que necesito hablar con amigas y a menudo no sé a quién acudir.

Si es que lo que no consiga esta mujer sólo con verla...