Somatización

Guarros: LAVAOS. No, en serio. ¿Cómo puede ser que haga gente que apeste de esa manera en el transporte público? Se acepta el sudor de después de la jornada laboral DIARIA, pero hay olores que se nota que no son del día. Y las de las 7 la mañana, imperdonables, y se nota que no son trabajadores nocturnos. Hablando de olores, estoy desenterrando la ropa de ir por casa de verano, y he cogido una camiseta que aún huele a MI excasa... qué malrollo.

Bueno, os escribo desde mi flamante teclado extraplano, a ver si no se me joden tanto las muñecas hinchables. El día de hoy... normal. No me acuerdo que iba a contaros, pa variar. Y eso que mi cabeza vuelve a ser un fluir de ideas y por eso he vuelto a coger la libretita (que me regaló mi acosadora, alguien se acuerda de ella?) para apuntarme lo que se me va ocurriendo para torturaros después.

Así que os voy a contar mis transtornos psicosomáticos (qué mal suena) cuando tengo una época de nervios. Me pueden pasar dos cosas o ambas a la vez: en menor medida, me salen pequeños eccemas, se me enrojece la piel y se me pela, se me debilita. Todavía tengo algunos de la última época chunga, ya que suelen salir cuando una se relaja. Por el brazo, y por los párpados. También de dormir poco. Lo voy controlando. El que me ha torturado toda la vida, son los dolores de estómago. Además, os diré que no me cierra bien la válvula esofágica, así que es bien fácil que vomite. Vamos, un show. Por eso me adelgazo un montón si sufro algún shock, porque si vomitas poca hambre tienes el estómago está resentido, lo vuelves a sacar... hasta que no controlas los nervios, mal.

En fin, que basta de desgracias por hoy, que pa desgracias, ya tenemos el blog de las desgraciás.

Os dejo con otra de mis preferencias musicales, Fito y Fitipaldis.