1- Esto de tener que hacer TODAS las tareas domésticas en un rollo. Para estos menesteres
2- Tengo que hacer renovación de armario. Hace ropa que hace tantos años que tengo, que una de dos, o me han crecido las tetas o se me han encogido las camisetas hasta límites de niña de 16 años. Por otro lado me da tanto palo ir de tiendas, que tengo bragas con las gomas sueltas, tejanos al borde de un roto en el culo y colores que ruborizarían al payaso de micolor.
3- El hecho de vivir casi sola se agradece en general, el inquilino molesta poco porque está el 80% del tiempo del día en su habitación, el 15% en la cocina, el 3% en el baño (tiene vejiga de elefante o es algo sobrenatural) y el 2% en la calle. Eso significa, que el 20% del tiempo que yo paso en casa (el 80% en la calle, sí), SIEMPRE ESTÁ, y aunque no moleste, por ejemplo... si hoy no me apetece una mierda hacer la limpieza general, tengo que hacerla y punto. Porque yo soy muy responsable y mujer de palabra, y el pacto de convivencia es el pacto de convivencia. Pero oye, que tranquila se estaba cuando nadie veía si tenía una montaña de ropa 3 días en la silla o las bolas de pelo cual película del oeste rodando por el suelo...
Será que simplemente quiero hacer mil cosas, tengo mil series empezadas, etc, que no me da tiempo a nada al final.
Será que quería pasar una tarde relajada sin salir de casa y al final me he sentido prisionera y debería haber salido.