16 de enero de 2015

Tener mucho o no tener

¡Quien mucho abarca poco aprieta!

Muchas veces pienso que no le sacamos el jugo a las cosas, ahora que tenemos más (materialmente hablando) que cuando éramos pequeñas muchas de nosotras.
Internet tiene gran parte de culpa, claro. Quién más quien menos tenemos esa ansiedad de no poder abarcar lo que tenemos a nuestro alcance. No hay suficiente vida para leer todos los libros, blogs, feeds que queremos leer, ni para todas las pelis y series que queremos ver, ni toda la música que queremoes escuchar, ni a todos los sitios del mundo a los que queremos ir.

En cambio antes, tenías tres o cuatro cassettes, algunos más libros, con suerte dos videojuegos distintos, la misma cinta beta grabada y regrabada y los exprimías a tope, una y mil veces, los disfrutábamos mucho. Y es que no había más. Pones ahora por ejemplo el primer disco o cinta que tuviste y seeguro que te lo sabes de pe a pa aunque haga 20 años que no lo escuchabas.


En cambio ahora picoteamos de tantos sitios, que a duras penas me acuerdo de lo que hice ayer o me cuesta concentrarme en la lectura porque ¡ey! ¡Internet está tan lleno de artículos interesantes! ¡Hasta te puedes enterar de cosas leyendo menos de 140 caracteres!

Y ahí ando buscando el equilibrio,

¿cuándo empieza a ser demasiado para convertir la felicidad en infelicidad?

11 de enero de 2015

Activismos e ideas afines

Esta mañana La Moza me ha recordado sin saberlo un tema que tenía pensado para postear. Se trata de cómo podemos ser a veces contradictorias en unas cosas, por ejemplo con lo que decimos y hacemos (como mucha gente hace, a veces a mala leche, que es peor) o cómo según que tema tomamos una postura y con otro la contraria.

Por ejemplo, lo que más me toca de cerca según mis ideas e intereses es la causa LGTB (sobretodo la L y la T) y el feminismo (tengo otros claro está, pero me muevo más últimamente por esto). Intento actuar y hablar de acorde a esos "movimientos", aunque a veces me equivoque -mal me pese-, porque no soy una experta ni estudiosa del tema.

Barbara Kruger

Creo que los pequeños avances, visibilidades, cambios, que hacemos a nuestro alrededor pueden desembocar en un cambio mayor, aunque aún estemos a años luz a nivel local y a pársecs a nivel mundial. En cambio, en otros temas, como derechos laborales, no lo veo tan claro o con fuerzas para luchar contra grandes empresas, soy más pesimista o menos utópica para creer que se va a conseguir algo o mucho, que obviamente la historia nos dice que sí, pero... no sé, esa es la contradicción de la que os hablaba. Supongo que cada uno barremos para lo que más nos afecta (sea o no una afectación real) o sentimos más afín con nuestra ética o pensamientos. No podemos luchar contra todo, no podemos adoptar todos los perros que nos salen por facebook, ni salvar todas las ballenas ni dar limosna a todas las personas... ¿o sí?


Todo ha venido por la limitación a la hora de comprar ropa que según mi punto de vista tenemos las mujeres. Quizá usamos más prendas que los hombres (si ellos no se ponen faldas o tacones, ellos mismos) pero no salimos de los mismos colores de siempre (rosa, lila, turquesa, por ejemplo) o los diseños estándar de frases chorras sobre love o dibujitos de corazones, mariposas, animalitos, brillos y lentejuelas. Las peleas que tenía con mi madre para que ninguna prenda llevara ningún brillantito, ni lacito, ni nada. Eso pasa desde bebés (¿habéis intentado comprar ropa para niña que no sea rosa o blanca?), en niñas es evidente pero que también nos pase de adultas, me pone a mil. En cambio ellos tienen toda la gama de colores (menos turquesa, rosa o lila), temáticas varias en camisetas... y no, no puedo comprarme ropa de hombre porque no me gusta como me queda por el cuerpo serrano que tengo o no me van los zapatos porque tengo el pie pequeño y estrecho.


Quienes compramos somos nosotros, la sociedad. Una decía que si venden eso, es porque la gente lo demanda. Que si hacen una camiseta para chica de batman pocas la van a comprar, así que hacen más de mariposas. Así que debido a la demanda de la sociedad, tenemos esa oferta. Otra creía que es al revés, que la oferta es esa y que no tenemos más remedio que comprarlo porque no hay más o son pocas las que tienen suficientes fuerzas para buscar ropa que se salga de la norma o usar el mismo jersey diez años.

Hay muchas cosas que hacemos que no nos gustan. Por ejemplo, comprar más barato sabiendo que hay algo detrás que no casa con nuestras ideas (bazares chinos, pezqueñines, huevos y carne de animales confinados...). Podemos hacer el cambio, pero el grueso de la sociedad va(mos) a lo fácil.

Y vosotras qué creeis, que la continuidad de lo rosa/azul es culpa nuestra, de la sociedad porque lo demandamos, ¿o nos viene impuesta la idea aunque sea subliminalmente o descaradamente? Hay cosas que nos gustan o no nos gustan porque creemos que lo hemos pensado así libremente, o no los han inculcado? Por ejemplo, a mí no me gusta ir con pelos largos, pero a nadie le gusta depilarse, tengo claro que es una idea que me han inculcado tanto que soy incapaz de verme bien con pelos en las axilas.

No quiero dejar de recomendaros este vídeo sobre la "Tasa rosa", un tema que casualmente ayer me cometnaron también por FB.






3 de enero de 2015

La lectura homosexual de El Mago de Oz

Ayer revisioné El Mago de Oz. No lo hacía desde que era pequeña, e igual que los que tuvieron la suerte de verla a esa edad, me impactó: la Bruja del Oeste, los zapatos de rubíes, el tornado, Ciudad Esmeralda, el Espantapájaros, las baldosas amarillas. Y la música, claro. La peli está llena de imágenes que han pasado a la historia del cine y a la de nuestras vidas.

Lo que quizá no es tan conocido por el público en general es la adopción de la peli como parte de la cultura gay, aunque probablemente no se hiciera con ese trasfondo (¿o sí?). Hablamos de una película de 1939 con Judy Garland a la cabeza, toda una diva gay ya en la norteamérica de los 40-50-60. La comunidad hizo de "Over de Rainbow" un himno, por sus alusiones a la existencia de un lugar mejor, sin problemas.


Justamente el arco iris se convirtió en nuestra bandera en el 78, se dice que inspirada en esta canción.



En la película hay muchos elementos que pueden tener una lectura LGTB, así que intentaré resumir el superanálisis de hartza. Deberíais haber visto la peli antes de leer esto [SPOILERS ON], si no lo has hecho, ya tardas. 

Para quienes la habéis visto, el hecho de que Dorothy pase de una triste y convencional Kansas en sepia a una orgía multicolor en Oz, con unos amigos sin valor, incapacidad para amar y blandengues para encontrar algo que está en sí mismos, es una salida del armario y autoaceptación de su condición en toda regla. De hecho, la expresión "Toto, I've got a feeling we're not in Kansas anymore" significa(ba) en el argot haber salido del armario, al igual que "ser amigo de Dorothy" significaba ser homosexual, en alusión a una mujer llamada Dorothy King, que contaba con numerosos amigos homosexuales que acudían a sus fiestas (casualmente el personaje de Garland se llama igual).

Imposible no amar a Toto

En la peli encontramos canciones como "Come out, come out, wherever you are" (Coming out=salir del armario), las que interpreta el león contando todo lo que sería capaz de hacer si tuviera "el valor", los gestos y el look que lleva en "If I were the King of The Forest"... y ciertas frases como "some people do go both ways" o "be as straight as the Yellow Brick Road", el color verde de las ropas de los habitantes Ciudad Esmeralda (código gay urbano de finales del XIX)... sin hablar de la vida personal de Judy o del autor del libro en el que se basa la película.


Si analizamos los personajes, además de una lectura LGTB también podemos ver una lectura feminista. Los personajes masculinos son carentes y débiles, los femeninos, gobiernan algunas sociedades o son heroïnas o antiheroïnas. Si nos vamos más allá, la dualidad bruja mala-fea= lesbiana butch y bruja buena-guapa=lesbiana femme representan los dos estereotipos de lesbiana que se manejaban en esa época (y aún perduran), sin olvidar que el lesbianismo se asociaba a la brujería en la cultura occidental.

I’ll get you my pretty and your little dog too! 
Ya te atraparé, bonita, ¡y a tu perrito también!

Los zapatos de rubíes pueden simbolizar el deseo lésbico. La bruja no puede coger los zapatos mientras los lleve Dorothy.
"Dorothy es la persona idónea para llevarlos: parece combinar ambos tipos de lesbianismo como adolescente que, a lo largo del Camino de Baldosas Amarillas, debe descubrir cuál de los dos es. En su fantasía el uso de los chapines sugiere que la “magia” del lesbianismo no reside ni en la lesbiana femenina ni en la camionera sino en cualquier clase de lesbianismo. Glinda de hecho le dice al final que siempre ha tenido el poder de activar la magia de los chapines pero que tenía que aprenderlo por ella misma".


Así que ya véis, llevo desde ayer brincando internamente por el camino de baldosas amarillas con mis zapatos de rubíes con la cancioncilla We're off to see the Wizard the Wonderful Wizard of Oz.


El funeral de Judy Garland, el 27 de junio del 69, congregó en Nueva York a muchísimas personas, muchas pertenecientes a la comunidad LGTB, que luego saldrían por locales de ambiente controlados por la mafia. Era una época de represión hacia los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales con el beneplácito de la policía. Los ánimos llevaban encendidos mucho tiempo, Judy acababa de ser enterrada, y cuando la policía irrumpió abusivamente en el mítico pub Stonewall Inn frecuentado mayormente por transexuales, drag queens y gays afeminados (sí, "las locas" que desgraciadamente tantos critican), por primera vez devolvieron los golpes y se formó una batalla campal que duró horas. Al día siguiente, 28 de junio, se manifestaron por primera vez algunos cientos de personas por los derechos LGTB.

¿Os suena la fecha?