18 de junio de 2019

No estaba muerta, ni de parranda

Creo que este ha sido el intervalo de tiempo más largo que he estado sin escribir, en estos 11 añso de blog, unos 5 meses. La verdad es que han sido meses en los que no he parado, y al final el agotamiento me hacía tumbar en el sofá viendo la tele o navegando sin rumbo por las redes sociales, cosa que hace mucho que quiero cambiar.

En un intento de mejorar mi salud, me apunté al gimnasio y a yoga, y a eso he dedicado muchas tardes. También he seguido todo el curso con la autodefensa feminista. Todo esto sumado a la vida social y parejil, más algunas tardes de trabajo de profe, la vida no me ha dado para más.

Este primer curso como profe, ha sido bastante duro, sobretodo por el número de sustituciones que me ha tocado hacer. No tenía tiempo ni información para adaptarme a ningún sitio. Espero que el siguiente sea diferente y sepa organizarme.
Por fin acabaron las clases y ahora queda la convocatoria extraordinaria, juntas, vacaciones y demás.


He terminado mis sesiones con la psicóloga. Dos años casi, fui por una cosa, luego te metes en otras... y vaya, noto que he crecido y cambiado más en estos dos años que en muchos de mi vida. Aunque la vida sigue siendo dura, gestiono mejor los cambios, practico más la gratitud y me doy cuenta que voy cumpliendo casi todos mis objetivos.

Por lo menos tengo objetivos.



El siguiente, bastante estresante, es una mudanza. Aunque lo habíamos hablado a largo plazo, las cosas se han precipitado y LaGuapa y yo nos vamos a vivir juntas a principios del mes que viene. Estoy ilusionada y acojonada a partes iguales, pero lo último, cada vez menos. Al fin hemos conseguido encajar y hace meses que la cosa fluye como deseábamos. Y nos hemos descubierto la una a la otra mucho más, y nos ha gustado.

A seguir apostando, ahora a una carta más
alta.