La verdad es que no me puedo quejar. He viajado, he estado con un montón de gente diferente, en definitiva, podríamos decir que durante las vacaciones he sido feliz dentro de lo que cabe. Pero ¡ay! Es llegar a la civilización, volver a enchufar los móviles, interneses (aunque llevo unos días correindo por aquí) y darme cuenta que mi realidad sigue superando la ficción. Que las mujeres son unas harpías (aunque tíos cabronazos tambien). Así que aunque me muera de ganas por
Total, que después de que me tomen por gilipollas y pasar rabia inicial por quien se supone que es una amiga y miente como una bellaca (no puedo dar más detalles, ¡la bollosfera es tan pequeña joder!), hoy me ha dado el bajón de tristeza, aunque también puede ser por haber dormido poco y mal. Pero valió la pena, porque lo que habría sido un finde en casa, improvisé unas birras por la tarde con colegas, luego me fui de cena con SinMe, Jei y compañía, salí por el ambiente después de 2 o 3 años sin hacerlo
Pero con orgullo eh.