Es curioso porque, habitualmente deseo que llegue el fin de semana para tomarme la vida con más calma, estar en casa tranquilamente, pero no sé qué hago que no paro de quedar, entre semana y fin de semana. Aún así es lo que debo hacer, porque si me quedo sola los findes que no trabajo me dan crisis existenciales, sobretodo los domingos, y ahora que anochecerá más temprano y no hay ni cristo por la calle, pues más. Es decir, me canso de estar fuera de casa y ahora me quedaría toda la tarde en el sofá, pero si lo hago, drama.
Total, que en un cuarto tengo quedada
formal y seguro que vuelvo con esta sensación.
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Con la de la segunda viñeta, claro |
Y luego, con gente diferente de castanyada light, que mañana hay que madrugar.
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