Carne, alcohol y bolleras

Así se puede resumir mi fin de semana: me lo he pasado de barbacoa en barbacoa (no, no os pondré la canción de Georgie Dann) en compañía de parejas de bolleras , bebiendo cerveza desde que salí de trabajar el viernes hasta hoy domingo noche (exceptuando las horas de sueño y desayuno). Un poco patético, pero ha sido así.
De lo más destacable de la barbacoa del sábado, fue el estilo bollero de hacer la fogata: con hacha en mano para cortar la leña y con (atención) un soplete para prender el fuego. En ese cortar leña, un listón salió diparado hacia mí, y milésimas de segundo antes que me alcanzara, me tiré hacia atrás, pegué un grito, di un tirabuzón en el aire y caí al suelo en dos tiempos después de resbalar con el césped. Me alcanzó igual y me ha quedado un bonito morado con costra, pero mi estilazo de caer debido al susto a cámara lenta tipo Matrix me valió durante unos minutos el apodo de Trinity.

Ésta es MariTrinity

Me trajeron a casa antes de medianoche pero me quedé en estado catatónico delante de la TV hasta las 5 de la madrugada. Viendo teletienda y zappings, a veces tiro así horas de mi vida.

La barbacoa de hoy daba un poco más de pereza por la resaca y porque que no conocía a la mitad de la gente y había bebés por medio... pero los hemos dejado viendo Bob Esponja y se han quedado fritos/hipnotizados casi todo el día, así que éramos 8 bolleras y una hetero muy enrollada hablando como barriobajeras a grito pelao sobre sexo, mujeres y lesbianismo, entre otras cosas. Lo he pasado realmente bien los dos días, la verdad, aunque me dan de nuevo los bajones del alcohol y tengo que hacer por no beber tanto aunque no llegue a perder el control.

Y me enfrento cada noche a esta cama tan vacía