18 de septiembre de 2013

Experiencias inclusivas

La base del respeto es el conocimiento. Y para adquirir un conocimiento a fondo hay que experimentar. Esto se aplica a cualquier cosa, respeto por los animales, por las mujeres, por las minorías étnicas, por el colectivo LGTB, por personas con necesidades educativas especiales. A veces, desgraciadamente, hasta que no conoces de primera mano casos cercanos, no te desprendes del todo de tus prejuicios.

Esta semana estoy acudiendo a unas jornadas sobre inclusión de personas con discapacidad y riesgo de exclusión social en la educación al aire libre. Ya he trabajado en más de una ocasión con niños y adultos con diferentes capacidades cognitivas y motoras, y aun así, nunca dejas de aprender.

Crédito


Ayer, en las prácticas, íbamos por el bosque con un grupo de niños que no conocíamos. El monitor nos asignó una tarea: buscar un "balcón" donde ver el paisaje. Antes de empezar a andar al instante se me abrazó (yo soy muy poco táctil, mantengo distancias en mi vida diaria) una niña de unos 10 años con ciertas dificultades para caminar pero muy autónoma. También tenía espasmos involuntarios en los brazos que hacían variar la fuerza del abrazo. Le costaba mantener la mirada al frente y no podía decir su nombre.

Desde mi desconocimiento esperaba poca capacidad de reacción de Júlia, pensé que nos limitaríamos a caminar y emocionarnos con las hojas del suelo o algún pájaro que cantara, mientras otros compañeros suyos ya iban dos metros enfrente con una verborrea que ya quisieran muchos de nosotros.

Dejé que caminara ella por el lado de la barandilla y al poco rato se paró y no sé bien cómo, me indicó que habíamos llegado a la zona de vistas. Fue la primera en descubrirlo apenas desaparecieron los árboles que tapaban el paisaje.

Fue un momento maravilloso.


Crédito

En la sesión de hoy nos han hecho caer en la cuenta que aunque podamos pensar que una parálisis cerebral implica menos capacidad cognitiva, no siempre va relacionado aunque aparentemente sea así porque no puedan expresarse como la mayoría, y Júlia fue el ejemplo perfecto .

5 comentarios:

M dijo...

Qué gratificante tener la oportunidad de aprender de ellos.

Unknown dijo...

Como bien dices nunca dejamos de aprender :)
Tu post me ha recordado que tendría que pasarme por el centro donde trabajé y hacer una visita a los chicos (la gran mayoría tienen PCI)

Saludos y a seguir disfrutando y aprendiendo :D

Blau dijo...

Nosu, hace tiempo pienso en los amics de la gent gran, pero no actúo, estoy paralizada en este tema. Me acabas de activar. :-)
Mozaaaaaa, tu cari es integral! jajaja

Tuki dijo...

Todos tendríamos que pasar parte de nuestro tiempo aprendiendo de las personas con discapacidad tanto psíquica como física.
Pocas veces he tenido la ocasión de compartir tiempo, más por miedo al lo desconocido que otra cosa, pero esas pocas veces me han enseñado mucho.
Bravo nosu!

Anónimo dijo...

Yo he trabajado con algunos y para mi es muy dificil...aunque procuro aprender de ellos requieren una paciencia que no tengo