6 de marzo de 2022

Hoy no estoy

 No estoy en mi cabeza, ni en mi cuerpo.

A diferencia de otras rupturas, que era un despojo y algún ratito al día veía la luz, esta vez estoy siendo más o menos funcional y de vez en cuando viene la oscuridad.

 Pero qué jodida, cuando viene.

Ya sé que la vida no es estable, pero me gustaría que la estabilidad durara un pocquito más. Una vivienda, una pareja, un trabajo.

Y ahora de repente lo pierdo todo de golpe.

Y visualizar que voy a bajar de calidad de vida y el no saber qué hacer me produce una ansiedad tremenda. Una ansiedad de no poder respirar, de nudo en la garganta, de agarrotarse piernas y brazos y de querer huir de mi cuerpo.

 

No tengo fuerzas ni para contárselo a todo mi entorno para no repetir la historia una y otra vez.

Ahora uno de los frentes abiertos que tengo que cerrar es dónde voy a vivir (y sin contrato ni nómina). 

Porque aún seguimos conviviendo. Y gracias que no tengo una prisa extrema por encontrar algo YA, y que mi casa continúa siendo mi refugio aunque esté ella. Pero sé que la cosa se va a poner rara más pronto o que tarde, y me gustaría estar fuera de aquí antes que eso pase.

Me visualizo sola (entiéndase sin nadie a quien agarrar la mano en un mal momento, porque eso todas lo hemos sufrido) en cualquier apartamentucho o habitación desconocida y siento puro terror.

¿Cuál será la peor opción?

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