Domingo de resaca

Por aquí ya llevamos unos días unos días con frío y mucho viento. Eso me hará las cosas más difíciles, soy de las que le afecta el tiempo. Menos horas de sol, tener que llevar mil capas, no poder estar en la calle de manera confortable... Ahora es domingo tarde (no sé cuando podré publicar) y estoy agilipollá, pero no le doy muchas vueltas a la cabeza. Pienso que si hubiera dado el paso de vivir sola en verano hubiera sido diferente, más fácil, pero como tampoco he tenido tiempo de tener una crisis de “oh dios mío, me siento sola” no tiene sentido pensarlo. Si llega, ya llegará. Por el momento vivo el presente, me centro en mí sin olvidar a los demás, y así soy feliz. Nos metemos en culebrones, o nos meten, pero dependiendo del punto de vista, vives tu vida sin más o haces una montaña de un grano de arena.

A veces creo que me expongo demasiado contando mi vida en el blog, que porqué no lo hacía como cuando tenía 15 años, en una libreta cualquiera. Que porqué ahora tiene que estar publicado por ahí, donde lo ven ojos extraños o conocidos, y cada cerebro hace su interpretación de lo escrito. Creo que a veces, escribo cayendo en la exageración y todavía me creo más mis películas, pero luego en el tú a tú me doy cuenta que no hay para tanto. Cosa que me alivia.

A menudo me siento estresada por tener tanta vida social, pero en el fondo lo paso bien y eso es lo que cuenta, ¿no? Y ahora que tengo mi espacio, puedo buscar más ratos para mí, y la verdad es que se está de lujo. Sin rendir cuentas a nadie, haciendo lo que me apetece cuando me apetece. Es curioso, cuando pienso que puedo ser tan independiente y dependiente a la vez si estoy en una relación. Quién sabe, quizá la próxima vez será diferente. O quizá no cambiemos tanto como creemos, pero maquillamos las cosas para autoconvencernos. Llevo un tiempo para acá con el mode vacilón ON, puedo usarlo para sentirme más segura frente a los demás (son muchos años de sentirme pisada) pero no me mola tanto cuando siento que puedo herir a la gente. Intentaré relajarme un poquillo, en el fondo soy buena gente.

He tenido un finde con cosas inesperadas o cuasi-inesperadas, cosa que las hace doblemente satisfactorias. Inesperadamente me ha dejado la perra, tenerla corretando por MI casa y verla disfrutar en el césped del río bien vale el sacrificio de tenerla un mes de cada dos. Inesperadamente he estrenado el piso en el terreno sexual (suenen trompetas y fanfarrias por tenerlo ya por fin, y por tenerlo tan bueno, se acabó la sequía des de... abril?), y también ha tenido estreno con cena y buen ambiente con amigas. También vino A, quizá por haber calmado a la bestia la noche anterior y estar serena, o tener que meterme de lleno en el papel de amiga, la he visto con otros ojos, de manera totalmente racional. Eso también me tranquiliza(pero a ver si dura). Y ahora a esperar lo que me depare la siguiente semana.

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