30 de octubre de 2021

La psicóloga de mis amores

Hoy te voy a contar mi vuelta a La Psicóloga de mis Amores.

Después de varios meses encontrándome no muy bien (y releyendo el blog he visto que desde enero más o menos) por fin me decidí a volver a la Psicóloga de mis Amores. Ya te he hablado alguna vez de ella, pero nunca te la he presentado oficialmente. 

La Psicóloga de mis Amores fue la que me arregló la cabeza de 2017 a 2019 aprox, hasta que dije BASTA y fui a tratarme de mi dependencia emocional después de romper con EsaChica (aquí tienes un resumen de los personajes de mi historia por si te pierdes). 

Fue un como: "ojalá te hubiera conocido antes" (como el Jesús Puente con el anuncio de anticaída de pelo).  Pero bueno, habría sido imposible, porque es 10 o 11 años menor que yo, así que cuando yo necesitaba psicólogos a ella aún no le había venido ni la regla xD.





Durante el proceso terapéutico sufrí eso que llaman amor de transferencia, o sea, un enamoramiento al idealizarla como ser de luz que me escucha y me guía en mis bollodramas y dramas varios.

Que esté buena y sea maja tampoco ayuda mucho, la verdad.

En fin, que volver a verla era como un "quiero volver a verte que ya han pasado 3 años y siento que eres la única que me escucha -aunque te pague para ello-" y un "necesito realmente que me ayudes a quitarme esta ansiedad social, me des pistas sobre qué hacer con mi vida y me des truquillos para resucitar la cama lésbica".

Ok, no es bien bien así, pero más o menos para que me entiendas.


Era una de esas visitas que era "vengo por nada concreto pero por un poco de todo". 

A medida que me iba acercando a la nueva dirección de su consulta, notaba que se me aceleraba la respiración y el pulso. ¿Pero qué coño me está pasando si la ya conozco y confío mogollón en ella? 

Una vez en la portal esperé como 5 minutos a ver si se me pasaba esa ansiedad chunga, pero la cosa se ponía peor y estaba a punto de ser la hora. 

Al salir del ascensor ya tenía las manos frías y con un ligero hormigueo.

Pasamos a la consulta y le tuve que decir que estaba como el culo y me trajo un vaso de agua.

Mano de santa.

El hecho de PODER DECIR a alguien: "oye, es que estoy a las puertas de un ataque de ansiedad" sabiendo que no te tratará de manera incorrecta alivia que te cagas. Nunca, nunca lo digo (siempre pongo como excusa algún malestar físico), a no ser que sea La Guapa o mi madre (que tiene carrerón en ansiedad).



En fin, que como siempre, salí muy bien, pero sin mucha idea de qué pasará en la siguiente consulta.

Lo jodido es que no quiero alargarlo mucho (también por el tema pasta) pero sobre todo porque no quiero que se convierta en una muleta que NECESITE. (He vuelto tras tres años, pero habría vuelto muuucho antes).

Y tú ¿también te enamoraste de tu psicóloga?


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacía bastante tiempo que no me pasaba por aquí y me alegro mucho de que sigas actualizando el blog. Y no, no me he enamorado de mi psicologa, yo ya paso de ese tipo de historias que rara vez acaban en algo y solo sirven para pasarlo mal. Es solo mi opinión, no quiero desilusionar a nadie. Un beso, guapa.

Nosu dijo...

Muy de vez en cuando, pero a veces me da por entrar y escribir algo, para comprobar también si alguien sigue al otro lado ;)

Uy no, tampoco hablo de enamorarse en serio y querer salir con ella, es que ni fantasearlo. Pero bueno, si hay conexión es difícil sentir que es un ser de luz.

Con los pies en la tierra sigo :)

dintel dijo...

No, no tengo psicóloga. Pero seguro que me enamoraría de ella.

Quidam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Quidam dijo...

Mi historia con las psicólogas es un poco patética. Me enamoré de una vez, por el royo ese de la transferencia y porque un amigo que teníamos en común me hablo de que le iba de culo en el amor y me dio un poco de penita. Al final cuando decidí dejar la terapia, tuvo un ataque de histeria que ni la más enamorada de mis parejas me ha montado un pollo parecido. Pero creo que fue porque era psicoanalista. Ahora voy de otro royo, psicólogas conductuales y bueno, pues es más divertido y más útil. Le cuento cuales son las situaciones que me cuesta manejar y ella me da herramientas para manejarlas. Lo cierto es que me va bien, es muy divertida, muy maja y además esta buena, pero mira tú, no me he enamorado, así que todo viento en popa. Por cierto, me alegra que sigas escribiendo, hace mucho tiempo que no me pasaba por tu blog.

Quidam dijo...

Ahhh y eso sí, yo como soy muy puta, sí que fantaseaba con que me la tiraba en el diván y me ponía como una moto. Así que dado como tengo la libido de ausente últimamente, igual me busco a otra psicoanalista a ver si sube de alguna manera. En fin...