19 de marzo de 2022

El ciclo de la violencia

Bueno amigas, pues resulta que las cosas siguen complicándose en mi vida, aunque desde fuera se perciban como buenas noticias. Tendré otra entrevista de curro que implicaría también irme a vivir al quinto culo. Estando aún pendiente de si me cogen en la otra o no, mientras hace nada he empezado en un sitio nuevo.


 Pero yo hago un break para escribir en mi psicolibreta y ordenarme.

 

Siempre que voy a la Psicóloga de Mis Amores, antes, me hago como un esquema de lo que quiero hablar. Y después de la sesión, un resumen de lo que hemos hablado. Desde que voy, con parones entre medias, he acumulado dos libretas de sabiduría psicológica.


Y preparándome la última sesión, me di cuenta que en esta relación a veces entrábamos en un patrón cíclico muuuuy chungo (no es la única en la que me ha pasado). Y que como ya llevo dos psicolibretas de sabiduría y varios talleres feministas a mis espaldas, yo detectaba (pero seguía viviendo con ese patrón). 


Total, que le explico el patrón chungo a la Psicóloga de Mis Amores y me dice:

PDMA: Este ciclo que me acabas de describir con tanta precisión, ¿sabes cómo se llama?

N: pues no sé si tiene un nombre concreto, imagino que sí. 

 

Y lo tiene: 

 

EL CICLO DE LA VIOLENCIA

 


ACLARAR DESDE YA que LaGuapa, ni nadie, nunca ha ejercido violencia física ni gritos sobre mí y que la fase de explosión era leve (pero con mucho malestar psicológico por mi parte, por lo menos).

 

Resumido: 



Yep. 

Es un patrón que se da en la violencia de género. Lo identificó la psicóloga Leonore Walker.


Ya decía yo que tanta psicolibreta me iba a convalidar algún año de la carrera de psicología. O quizá solo lo tenía en mi subconsciente porque ya me lo habían explicado antes en algún taller feminista (seguramente). O lo he identificado por mi misma.


En todo caso, si no lo conocías, investiga sobre él y analiza si estás metida en esta mierda.

 

Salir, ya es otro tema.

7 comentarios:

La Chica del Té dijo...

Muy interesante tu entrada, me gusta además cómo ilustras todos tus posts, de manera tan acertada con esas viñetas e infografías. Reflexionando sobre el tema, pienso que se puede confundir con facilidad una discusión de pareja típica con este ciclo de la violencia. Quiero decir, cuando se discute, siempre se emplea algún tipo de "violencia" verbal, se sube el tono, se grita, a veces jugamos sucio, damos golpes bajos con nuestros argumentos, recordamos sin piedad los defectos del otro... En un juego limpio, verbalmente hablando, me imagino que ambas partes deberían usar la asertividad. Pero siendo sinceros, ¿es un escenario realista? Dependerá de la ocasión, del tema a tratar, etc. El caso es que después de cada discusión, normalmente viene esa reconciliación. Todos nos prometemos a nosotros mismos y al otro ser mejores en algún sentido, pedimos perdón, etc, volviendo al estado de calma. Quizá lo definitorio en este caso sean matices tan importantes como la presencia de abuso verbal/físico, el propósito de control por parte de la persona violenta, la intimidación, las amenazas... Y luego el olvido de ese incidente, como si nunca hubiera pasado. Es decir, la exención de responsabilidad. Pero estoy segura de que a veces todo ello es mucho más sutil y difícil de identificar. Ahí es donde veo yo el mayor problema (darse cuenta cuando las señales no son tan evidentes).

Nosu dijo...

Gracias!

Auque tengamos desencuentros con la pareja, nunca deberíamos faltarle al respeto (gritos, golpes bajos...). Puede ser difícil en momentos de nervios, pero la asertividad es una cualidad a mejorar.

Yo creo que la diferencia de una discusión "normal" al ciclo de la violencia es una cosa que dices: el propósito de control por parte de uno de lso integrantes de la pareja, la cero responsabilidad afectiva, el hacer el vacío a la otra persona para que se sienta culpable y cuando al final la otra agacha la cabeza, o se pone a llorar, o lo que sea, como el agresor ve que ha "ganado", es entonces cuando se disculpa (o no) y consuela a la víctima.

Cada vez es más difícil de indentificar, y seguroq eu hay personas que lo hacen sin darse cuenta. Pero el patrón es ese, siempr epor parte de la misma persona de la pareja:

- tehago sentir culpable->me pongo de morros/no te hablo/no dejo que me toques-> al final como no puedes más o me vas detrás te cuento porque estoy de morros y te hago sentir mal-> la otra persona llora o se "rinde"-> el agresor se disculpa y consuela a la otra-> está cariñoso unos días->la víctima está en tensión procurando hacer todo bien para evitar que la dejen o se vuelva a cabrear el agresor
-

La Chica del Té dijo...

Un tema que desde luego da para reflexionar. Igual tenemos súper alienada nuestra forma de discutir. O normalizados ciertos patrones peligrosos, ciertas formas sutiles de violencia. Todo esto es, en el fondo, síntoma de una baja capacidad para gestionar nuestras emociones o nuestra disconformidad con el otro, recurriendo a la estrategia de "ahora me enfado y no te hablo". Igual partimos de ahí y terminamos en el ciclo de la violencia. Yo creo que esto es algo que, como no se trabaja desde la niñez, arrastramos hasta la edad adulta. Igual hasta hemos visto este tipo de patrones en nuestros padres o abuelos. Romper el ciclo es chungo: bien sea darse cuenta de que eres la persona que provoca la situación o la que la sufre.

Nosu dijo...

Sí. Tenemos demasiado normalizado el discutir violentamente, o sea, faltando el respeto al otro. En mi caso, sí, son patrones aprendidos de los padres, por las dos partes. Lo malo es cuando no se hace nada por mejorar y uno se escuda en "es que soy así" o "por lo menos ahora te cuento lo que me pasa y no estoy una semana sin hablarte". Ah, pues gracias eh

Nabila dijo...

El respeto es una línea finísima que no debemos permitir que nadie la atraviese,en ningún entorno, ni pareja,ni familia, ni amigos,ni entorno,ni en el trabajo. Si permites que la traspasen...cada vez veras más lejos esa línea y ya es difícil que regrese

Nosu dijo...

Sí, al final casi todo tiene su origen en la falta de respeto, y el respeto no es negociable. Me gusta la metáfora de una línea que se aleja Y cuesta regresarla...

Nabila dijo...
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