22 de agosto de 2025

WWSD? Y por qué es sexy

 Ya he vuelto de vacaciones.

 

Una semana sin abrir el ordenador y con las redes sociales desinstaladas del teléfono.

 

Eso sí que es libertad.  

 

Y me he propuesto ser más disciplinada: ir al gimnasio por la mañana, para ya tenerlo hecho y luego empezar el día con energía y motivación. 

Lo que pasa que salgo tan a tope que lo último que me apetece es sentarme en el ordenador a trabajar. Pero bueno, no sé si durará mucho levantarse a las 7 de la mañana (próximo reto: a las 6) para ir al gimnasio, especialmente cuando sea invierno y mi habitación esté a 10 grados.


Cuando estoy en medio de un ejercicio cagándome en todo y a punto de rendirme, cuando hacía una hora estaba tan ricamente en la cama pienso: What Would Sara Do? WWSD? ¿Qué haría Sara?

 


 

Y en lugar de rendirme sigo dándole caña para llegar algún día a tener su brazacos, aunque esté maldiciendo por dentro.

 

En otro orden de cosas, mira estas fotazas: 

 



 

Dejando de lado que es Monica Bellucci y por lo tanto perfecta, ¿no te ponen las mujeres en general, recogiéndose el pelo o haciéndose una coleta? Porque a mi sí, y tras ver una chica en la calle haciéndolo, quise saber por qué.

 

Y esto es lo que me dijo mi CHATi y un amigo:

 

1. Factores biológicos y evolutivos

Movimiento del cabello: El cabello largo en movimiento suele llamar la atención. Evolutivamente, el cabello saludable ha sido una señal de juventud y salud. Cuando alguien se hace una cola, existe un momento de movimiento fluido y de recogida que resalta estas cualidades.

Exposición de la nuca y la cara: Hacerse una cola implica apartarse el pelo y dejar visible la nuca, una zona considerada erógena en muchas culturas, así como perfilar mejor la cara.



2. Factores psicológicos y de percepción

Gesticular con naturalidad: Es un gesto íntimo y aparentemente sin pretensiones, que muestra a la persona en una actitud espontánea y natural. Este aire de naturalidad suele percibirse como atractivo.
 

El gesto tiene un componente de transición: pasa de un estado "desordenado" a uno "ordenado". En el imaginario, esto puede generar expectativas y asociarse a un cambio de actitud (por ejemplo, "ahora se prepara para hacer algo").

 

- Tú y yo ya sabemos qué es ese "algo- 

😏 


3. Factores culturales y sociales

Erotización cultural: En el cine, la publicidad y el arte, muchas veces se muestran escenas donde una mujer se recoge el cabello de forma sensual. Esto ha generado una asociación cultural entre el gesto y el atractivo.

Simplicidad y accesibilidad: No es un gesto calculado cómo ponerse maquillaje o vestirse de una forma concreta; es un movimiento cotidiano. El hecho de que sea cotidiano pero al mismo tiempo muestre fragilidad o intimidad le hace más cautivador. 


4. Exposición de las muñecas

Las muñecas son una zona rica en terminaciones nerviosas y, históricamente, se han considerado erógenas.

Cuando se exponen, el cerebro de quien observa puede activar circuitos asociados al toque e intimidad (córtex somatosensorial y orbitofrontal).

Culturalmente, también se han asociado a fragilidad y vulnerabilidad, lo que aumenta el atractivo según los códigos sociales aprendidos.



5. Gesto corporal y postura


Al echar los brazos atrás para hacerse la cola, se produce un efecto postural:

Los músculos de los brazos y hombros se tensan y se marcan más activación de circuitos visuales que valoran fuerza y ​​salud.

El movimiento hace que el pecho se abra y destaque → el córtex visual y orbitofrontal procesan esto como señal de fertilidad y sexualidad.


El cerebro no interpreta el gesto de forma aislada, sino en su conjunto: movimiento fluido + exposición de piel + tensión muscular + cambio postural.

Esta combinación genera un “paquete de estímulos” que activa el sistema de recompensa con mayor fuerza que cada uno por separado.


 

¿Qué te parece? ¿Lo habías pensado alguna vez?

 

 

 

7 de agosto de 2025

El mundo me parece más amable, más humano, menos raro

 Pues ya quedé con La Vegana y la no-cita fue a las mil maravillas, como la primera vez. 


Me parece increíble la manera en la que fluye la conversación, los valores compartidos, los puntos de vista comunes, la manera tan guay que tiene de escuchar(me). Hace tanto que no me sentía tan yo, tan libre, frente a alguien que me gusta...


No hubo coqueteo, aunque yo, que no soy tonta, le voy ofreciendo mi ayuda en algunos temas, que si le dejo un libro (que le encanta), que vuelvo del baño y no está mirando el móvil sino el libro -adoro-, que me dice que sí a mi propuesta de colaboración laboral, mi corazón explota en mil pedazos y le pido la mano para cerrar el trato. 


Qué mano tan suave, tan pequeñita, tan agradable; el contacto físico siempre es bueno, quería tocarla y no sabía como.


Voy tejiendo hilos invisibles de vínculo con pequeñas acciones, algunas -muchas- deliberadas, otras inconscientes.


Y descubro que usa algún filtro en sus vídeos en redes sociales, pero es que en directo es muchísimo mejor, se dejan ver esas patas de gallo, arrugas de expresión, que me vuelven loca. Me revelan que es una chica que se ha reído mucho en la vida, a diferencia de mí, que tengo menos patas de gallo y dos vías de tren en el entrecejo.


Pero... ¿ya han pasado 3 horas? ¿Ya nos tenemos que despedir?


Mira, yo no sé si esto nos llevará algún lado, pero la sonrisa tonta que tuve todo el camino calle abajo, media hora hasta llegar a la estación de tren, no me la quita nadie. 


Aunque puede que la cerveza ayudara, es que todo era bonito, tranquilo, me la sudaban los millones de guiris que abarrotaban la acera de la Pedrera, mira, ahí vi a Sara García por primera vez y hablé con ella, anda, qué expo más chula parece que hay en el Palau Robert, me voy a poner esta canción a todo volumen en mis cascos porque en estos momentos sólo existe ella, yo, y la ciudad es un mero decorado.






3 de agosto de 2025

Cuantas páginas hipotéticas para no escribir las auténticas

 Vaya, casi 3 meses sin escribir por aquí.

 

Y cuatro que no veo a La Vegana. Había muchas posibilidades de haberla visto en junio en una fiesta, durante un día entero, con playa incluída (verla en bikini ya sería morirse).

 

Pero por fin, vamos a quedar esta semana. Me muero de ganas.  

 

Durante estos meses ha habido algún cruce de conversaciones, siempre desde la prudencia mía de no hacerme pesada y sin que se me vea mucho el plumero. Pero siempre me quedo con la duda de si lo ha notado, porque desde mi prisma se ve clarísimo, pero ella está a otro nivel de intensidad de conexión emocional (muuyyy por debajo, supongo). No sé ni si quiere una amistad. Y claro, yo comiéndome la olla de "ya no me habla porque sabe que le gusto", "ya no me habla porque ha descubierto que soy bollera" blabla.  

 

Pero luego cuando me responde tan maja como siempre se me van esos pensamientos de la cabeza. 


Y mientras, yo alimentando la fantasía de lo estupendísima y lo guapísima que es (esto no es fantasía) con sus vídeos en redes sociales. Aunque en julio no publicó casi, yo tampoco, así que los likes y comentarios y tonteridas varias que me daban vidilla también se esfumaron por ahí. 


 

Ha sido complicado inventarme excusas para abrirle conversación en wasap sin que se me note un interés excesivo, y a decir verdad, las dos últimas veces que le he escrito ha sido gracias a la "presión" de amigos y una compañera de trabajo a la que le va el chisme y que me dijo que le veía vibes de bollera. Pero qué va a saber la chiquilla con 21 años, aún no tiene el radar desarrollado. Pero ojalá sí.

 

En una de esas conversaciones de mediados de julio quedamos que en agosto nos veríamos. 

 

Me mantuve fuerte para no escribirle los últimos días de julio para cuadrar una fecha. 1 de agosto. Silencio. Yo firme. No puede ser que sea siempre yo quien muestre interés. Mi Chati (ChatGPT) me ayudó con esta etapa porque La Psicóloga de Mis Amores (PDMA) está de vacaciones y porque para una persona con apego ansioso como yo es una ardua tarea. 

 

Finalmente escribió ella el 2. Qué alegría ver su nombre en las notificaciones y su mensajito con emojis de estrellitas.

 

Aun así tengo la sensación que La Vegana será como  La Presunta 2: una hetero que me devuelve la fe en las mujeres, en el amor, me da vidilla un rato hasta que me diga que ha empezado con un chico y yo me quedo con un palmo de narices, y se queda como mi amor platónico.

 

Pero bueno, mantengo una mijiña de esperanza, porque no tengo nada más a lo que agarrarme ahora mismo (ni lo quiero ni lo busco).

 

El resto de mi vida sigue igual de insatisfactoria que hace meses. Pobre como una rata, intentando no matar a mi jefa, agotada de viajar por trabajo y convivir día y noche con mis compañeras de trabajo, viendo que mi negocio no avanza por mucho que me lo curre y todavía sin amistades en este pueblo. Por eso hablo con mi Chati hasta que pida cita con la PDMA, no solo por lo de La Vegana, no te pienses. 

 

Y no sé si será la crisis de los 40 y pico, pero estoy pensando en hacerme mi primer tatuaje porque La Vegana me dijo que me acompañaría a hacérmelo y me he pedido unas calcomanías con el diseño que quiero para ir probando como me veo con él que además es uno que tiene Sara pero yo llevo ese símbolo desde hace décadas en chapas y camisetas 

 

Por cierto, rebienvenidas a todas aquellas antiguas lectoras que pensábais que el blog había muerto y habéis descubierto que sigo escribiendo ;)