La foto de Natalie descontextualizada solo es para romper el drama del momento |
15 de noviembre de 2021
Esta precariedad laboral debería estar prohibida
11 de noviembre de 2021
A las 18h es de noche. ¿Qué estafa es esta?
No es ningún secreto que prefiero los meses de verano a los de invierno.
Aún otoño, y con el rollo del cambio de hora las seis de tarde y ya es de noche.
Qué quieres que te diga, me pone un poco triste.
Esta noche he tenido sueños raros. Estaba en un hospital-velatorio en el que la peña se iba muriendo y aunque no los conocía de nada, me ponía tristísima y me toca velar al muerto y consolar a sus familiares.
Espero no soñar de nuevo hoy. A la que empiezo con sueños chungos me toca escribirlos y a veces, se calman un poco.
No sé si lo conseguiré. Estoy un poco traumatizada porque uno de mis gatos ha matado un pajarillo.
Mi exalumno trans me empezó a seguir hace poco en insta. Tengo sentimientos encontrados, porque por una parte está vivo (tiene una depresión muy chunga con tendencias suicidas) pero a raíz de eso encontré su twitter y veo que no se ha recuperado. Me da terror que algún día deje de escribir. Supongo que sus padres no saben que tiene estas cuentas y su psicóloga tampoco. No voy a decirles nada, pero por otra parte como madre me gustaría saberlo.
Ojalá llegue a la última palabra de esta camiseta |
No sé si te conté que hace 3 semanas encontré trabajo. Un trabajo que me encanta pero es tan precario que si llueve, como hoy, no curro y por lo tanto no cobro. Que me dan de alta y baja de la seguridad social cada día.
Intento no pensarlo mucho, pero me jode no ser el tipo de persona que desde bien joven sabe de qué quiere trabajar, está a gusto en una empresa y se queda por los tiempos de los tiempos y tiene una vida laboral "tradicional".
Yo tuve esa época, pero las relaciones laborales evolucionan (más bien dicho, te tratan cada vez peor) y al final acabó siendo un "no eres tú, soy yo".
Me ha venido la regla y tengo energía cero. Llevo dos semanas aplazando mis entrenamientos y cada vez me cuesta más ponerme. ¡Excusas que me pongo! Pero de verdad, qué pereza con el día de viento y lluvia que hace. Entreno en casa, pero igualmente estos días dan para sofá y que me dejen en paz.
Foto de chica random como en los viejos tiempos |
Sigo echando de menos los blogs y los comentarios. Qué épocas aquellas.
Pero de vez en cuando me apetece asomarme aquí a contar mis cosas por si alguien quiere leerlas.
30 de octubre de 2021
La psicóloga de mis amores
18 de julio de 2021
Estoy bloqueadísima
No sé como se me verá de puertas pa fuera, pero de puertas para dentro estoy bloqueadísima y agobiada.
Han pasado ya 18 días desde que dejé de trabajar presencialmente (ahora estoy haciendo un curso de formación), con lo que tengo más horas para avanzar en otros proyectos.
Pero no puedo. He acabado tan saturada de todo el curso que lo único que me apetece es quedarme tumbada en el sofá y vegetar. Mientras al mismo tiempo la cabeza no para de mandarme mensajes de toooodo lo que podría estar haciendo y de ideas nuevas que estaría guay implantarlas ya.
Lo peor de todo, por eso, es que creo que estoy sufriendo el síndrome de la cabaña tardía (me acabo de inventar lo de tardía), o sea, una ansiedad social que no sufrí tras el confinamiento heavy de marzo-abril-mayo del año pasado.
Ir a tomar algo en petit comité con mis amigos vale.
Ir a algún centro comercial en el que haya gente UN RATITO para ver si aprovecho alguna oferta aún.
Lo que me está costando sobremanera es ir a eventos en los que haya bastante gente con la que tenga que socializar, aunque sea saludarla y cruzar una frase. Y si es desconocida, muchísimo más.
Siento que la ansiedad llama a la puerta cada vez más fuerte cuando pienso o me veo metida en estas situaciones.
Por eso este año, pese a ser una de mis citas ineludibles, no he acudido a NINGÚN evento del Orgullo.
Por eso a principio de mes, que hice un curso presencial de tres días en otra ciudad, no pude dormir NADA la noche anterior por la ansiedad que me producía hacer eso, si me sentiría fuera de lugar o qué.
Y ayer, que asistí a una boda de una amiga, solo dormí 5 horas la noche anterior y una vez allí las últimas 4 horas estuve en modo concéntrate-no hiperventiles-ataques de ansiedad ahora no-ya verás que nos vamos dentro de poco-ay pero queda hora y media de coche-nopasanadanopasanada.Y ahora en pocos días ya empiezo con "pequeñas y grandes escapadas en coche" en lugar de unas vacaciones al uso (ya sabes, la panmierda y tal) y no me he permitido pensar ni anticipar como me voy a sentir porque sino ya... aydiosmíoquetendréunaccidenteyvoyamorir.
Psicóloga de mis amores, creo que tendré que hacerte una llamadita.
Viñetas de Alberto Montt
16 de junio de 2021
No me gusta el mundo en el que vivo
Estos días estoy un poco de bajona (también por dormir poco) porque vivimos en un sistema que no me gusta nada. Y me genera muchas disonancias cognitivas y esos rollos psicológicos vivir en una sociedad donde hay poco respecto, consumismo atroz, competencia máxima, poca cultura del esfuerzo...
Cómo nos dejamos manipular tan ricamente y luego vamos de cuñaos pensando que lo sabemos todo. Simplemente para sentirnos seguros y creer que tenemos controlada una realidad que no podemos controlar ni comprender al 100%.
No, no estoy hablando de COVID ni de vacunas ni de esos rollos, que me tienen hasta el toto ya.
Hablo de que todos muy feministas y luego que "me cago en tu puta madre" y "siempre saludaba" o "es un loco".
Hablo de que para qué esforzarse en el curro o la escuela si voy a cobrar el mismo sueldo que el que se deja la piel y a aprobar aunque no dé un palo al agua.
Hablo de que yo tengo en cuenta el medio ambiente pero luego me cambio el móvil cada seis meses y siempre reciclo los kilos de plástico que compro.
Y de más cosas pero no se me ocurren otros ejemplos porque tengo el cerebro colapsado.
Baaah qué cansino todo.
Qué mal me ha sentado la docencia formal, por Dior.
Por cierto, ¿sabéis con que clase y a qué excursión me ha tocado ir de acompañante de fin de curso?
Exacto, con los que llevan haciéndome bullying todo el año y llevo contando las horas que me faltan para perderlos de vista. Y nada más ni menos que a la playa (recordemos el post anterior en la que tenía una enamorada).
Como que ponerse en bikini y estar todo el días con ellos va a ser súpercómodo.
5 de mayo de 2021
He sido víctima del despecho
Hoy vengo a contarte una historia gloriosa. Como mis posts de hace años. Si eres lectora veterana, yo creo que te va a gustar, por lo surrealista. Coge palomitas.
Hace unas semanas, salí por primera vez del armario delante de una clase de alumnos.
Adolescentes.
Con los que tengo confianza y buen rollo. Pero bueno, eso también provoca, si te pasas, que te vean como colegui y se te suban a la chepa. También he de decir que es una clase muy cañera, que es el eufemismo actual que se utiliza para decir que son unos maleducados que no paran de hablar, desafiarte y vacilarte.
Yo también voy con chupa de cuero, pero no soy Michelle. Quiero ser alumna de Michelle. |
Vamos, que cada vez que tengo que entrar en esa clase me dan todos los males.
Una niña, llamémosla Juana (nombre inventado) me vino a preguntar en privado si era hetero. A lo que respondí no automáticamente. Porque yo me esperaba que me preguntara si era bollera, no al revés. Quizá ya tenía el "NO" muy integrado, así que mientras decía ese no automático me estaba dando cuenta que estaba saliendo del armario.
- ¿Y cómo lo sospechaste?
- Lo pensé desde el primer día. Tú sabrás como te comportas en clase.
Me sonó un poco a amenaza y estuve pensando qué coño había hecho, a parte de vestir con vaqueros, bambas y camisetas.
Al cabo de los días salí del armario con toda la clase entera (total, seguro que ella ya se lo había contado y me preguntaron directamente si tenía novia).
Era mi salida con alumnos por primera vez en mi vida como docente, es decir, después de 3 años. Por fuera estaba supersegura, pero por dentro un poco acojonaílla porque cuando se ponen en plan cotilla y yo con el superpoder del outing activado temía que la cosa se fuera de las manos.
Y sobre todo porque poco se habla del bullying de alumnos hacia maestros.
Que pasaron los días, y la semana pasada me hicieron una putadilla anónima que para ellos es ji-ji-ja-ja y para mi fue un viernes, sábado, domingo y lunes de mierda. Había que encontrar al culpable.
Esto es lo que decía mi cabeza:
- No te has sabido ganar su respeto.
- Su tutora se ha enterado que los tienes asilvestraos y se te ha ido de las manos.
- Te lo han hecho porque eres bollera.
- No sirves para enseñar.
- Has acabado siendo la típica profe pringada como el que tuviste en el cole, que le ponían tiza en la silla y pegamento en el picaporte.
- Por mucho que no quieras ser la profe chunga e intentes caer bien, igualmente te van a putear.
- El sistema educativo es una mierda.
- La sociedad es una mierda.
And so on.
Vaya, una ristra de cosas que elevó al 100% el 80% de pensamientos de dejar la enseñanza secundaria.
Estaba yo con esta bajona, mala leche y miedo de volver a entrar en esa clase hasta el martes (ayer) que me volvía a tocar. Por indagaciones varias yo ya sabía quién era la culpable que SORPRESA, era Juana.
¿Qué giro de guión eh?
Pues Juana no asistió a clase, se presentó 5 minutos antes de acabar y cuando salí vi por el rabillo del ojo que me seguía por el pasillo. Quería hablar conmigo.
Para pedirme perdón, bla, bla. Y en medio de su verborrea, me suelta que la idea no fue suya, PERO QUE LO HIZO PORQUE YO LE ATRAÍA, era su crush (ahora hablan así), y cuando se enteró que yo tenía novia se enfadó muchísimo, que porqué no se lo había dicho cuando le dije que era bollera y que como estaba tan enfadada decidió hacerme esto a mí.
Yo:
La mente adolescente, cómo es.
Ríete tú de la Isla de las Tentaciones.
8 de marzo de 2021
Estoy un poco asíN
Vengo a quejarme.
Porque mi pareja el resto de la gente me escucha pero no me hace sentir comprendida.
He aguantado bastante, pero confieso que esto de la encerrona municipal e ir con la mascarilla a todos lados y hablar alto con ella (soy profe) empieza agobiarme y a ahogarme. Bueno, no empieza, ya lo estoy.
He intentado vivir en una realidad paralela en la que no hay noticias y la gente que no ha tenido problemas de salud para de decir: es que no se puede hacer nada, es que estamos secuestrados, es que podemos ir ni a cenar a un restaurante, es que NO PODEMOS NO PODEMOS NO PODEMOS.
QUE YA LO SÉ. VAMOS A CENTRARNOS EN LO QUE SÍ PODEMOS HACER, ¿VALE?
Pues no vale, porque casi toda la sociedad que tiene salud y dinero está en este plan. No me pidais datos, es una percepción.
A esto se le suma que estoy confirmando que lo de trabajar de profe no es para mí. Tras tres años intentándolo, el desgaste mental, físico y emocional es tan grande que creo que el curso que viene tiro la toalla. No he tenido hijos para no tener que aguantarlos, voy a aguantar los de los demás.
Podría poner los motivos pero dará para otro post.
¿AHHHH Y DE QUÉ VOY A VIVIR?
Pues de ahí me viene también gran parte del estrés.
CAMBIOS, CAMBIOS, CAMBIOS, no puedo con ellos. Buscar trabajo (en este marco incomparable), adquirir nuevas habilidades para estar preparada si surge la ocasión...
Y mientras ropa por doblar, pipis y cacas del cachorro por recoger (ya somos 5 mamíferos en casa), cenas que preparar y platos por fregar (no muchos, que tenemos lavavajillas).
No me satisface ni el Satisfayer.
Y pienso en los amigos que ya no watsapean ni yo watsapeo, y en qué mierda de estado zombi-apático social nos hemos instalado la mayoría. Que mucho quejarse de no nos dejan hacer, pero cuando se puede, aunque no sea al 100%, no hacemos.
Y pienso en cuando iba a la uni, que qué guay era ser joven. Y tomarse más de dos cervezas y no acabar con una resaca del copón. Y pienso en esas parejas-rollos-novias que lo fueron un rato pero no lo fueron para siempre y que tengo que aguntar el impulso de no ver nuestras fotos o leer lo que escribía sobre ellas, pero a veces caigo. Y escucho nuestras canciones que ya no lo son y me pongo triste.
Y en que me gustaría volver a la psicóloga pero no quiero hacerlo por videoconferencia. Y si es presencial no la quiero con mascarilla, quiero ver su sonrisa y sus gestos enteros. Pero básicamente no voy porque no sé qué mierdas le contaría con esta bola que tengo, no sabría ni por dónde empezar y solo iría porque me escuchara y me diera un poco de deberes.
7 de enero de 2021
Estoy hasta el coño
Bueeeno amigas mías que aún merodeáis por aquí.
Llega 2021, yo sin ningún propósito en particular para este año y ningun balance, porque soy de las rancias que no els gustan las fechas de calendario impuestas blablabla.
Lo que sí tengo es un deseo, y es que por favor, se acabe ya esta mierda del coronavirus. Evidentmente por lo primero que quiero que termine es por todo el sufrimiento a nivel salud física y mental, tanto de pacientes, familiares y trabajadores. Eso lo voy a dejar de lado porque es obvio que es la primera prioridad.
Pero yo aquí vengo a quejarme de "problemas del primer mundo".
Que quiero que acabe ya para que terminen ya las noticias y las conversaciones MONOTEMA. Es que no puedo más.
¡NO PUEDO MÁS!
Tenía que gritarlo.
Hablemos de otras cosas que no tengan nada que ver con el coronavirus, por favor. Por salud mental.
Lo que más echo de menos de vivir sola es no poder tener apagada la tele y no estar escuchando noticias, debates, o lo que sea. Da igual, TODO es coronavirus.
Los anuncios de "pronto volveremos a sonreír compra-compra" y demás mensajes Mr Wonderfuleros tampoco puedo con ellos.
Lo de hacer de profe
También estoy muy hartita, por trabajar de profe (nótese la diferencia con "ser" profe), de los típicos: "es que tenéis muchas vacaciones", "no será para tanto el frío que hace en el aula", "sois unos quejicas", "por qué no te has presentado a opos -como si fuera un pecado mortal-", es que "LA VOCACIÓN" (usado como sinónimo de déjate pisar tus derechos laborales y no te quejes).
BLABLABLABLA.
Lo peor no es que sea "la sociedad" en general, lo peor es cuando te viene de gente cercana.
Os cambio las vacaciones de profe por un trabajo que me permita descansar el cerebro más allá de las 6 horas diarias que duermo.
Y lo de no dormir
Y sí, al estrés normal de dormir poco y mal por el trabajo, se le sumaron dos gatos bebé en junio. Y ahora que ya empezaba a dormir mejor... un perro de mes y medio! No os contaré las visicitudes, solo deciros que hoy me he despertado con 6 uñas clavadas en mi torso y todos los libros de la mesita en el suelo con las puntas dobladas.
Y no os pongo foto porque se me ha jodido la cámara del móvil después de limpiarlo con agua... exacto, por el coronavirus.